Hola amiguitos blogueros, visitantes y compañeros, no me quiero hacer larga así que daros todos por saludados con todo mi cariño.
Vamos, pues, a esas cosillas de Agatha que me fascinan. ¿Por qué? Pues porque es la autora más traducida de todos los tiempos, la tercera más vendida con solo Shakespeare y la Biblia por delante, tiene una forma de tratar el misterio que engancha, y recientemente he releído Cinco cerditos ( y no quiero engañar a nadie, también he visto la peli comiendo palomitas).
En primer lugar destaco de ella su increíble humildad.

La creatividad se puede conseguir de muchas maneras; fregando platos de una forma especial, cocinando ricas recetas, dibujando, escribiendo, cantando, decorando tu jardín… la única diferencia es que algunas de esas maneras están mejor pagadas que otras.
En fin, que esto lo diga una mujer que escribió 66 novelas policíacas, 6 novelas rosas, y catorce relatos cortos, todos ellos siendo éxitos de ventas, demuestra la humildad que solo pueden tener los grandes creadores. Y esto lo digo porque observo mucha tontería en el mundo literario.
Un dato que me resulta curioso es que escribía en todas partes. Es decir, lo mismo se ponía en el escritorio de su casa, que iba cambiando de habitación y se sentaba en un sillón frente a la ventana, que se salía a su jardín, que escribía durante el trayecto de un tren… Aseguraba que se aburría escribiendo siempre en el mismo lugar y que necesitaba cambiar de aires para que la inspiración no se evaporara. Hoy en día en todos los talleres literarios nos dicen que hay que escribir en un lugar destinado al efecto con objetos de nuestro agrado alrededor, con pocas distracciones y siguiendo siempre una rutina ( hale, a chuparse esa mandarina).

Era una mujer muy tímida, apenas concedió entrevistas en su vida y prefería rodearse de libros que de personas. Algunos dirán que esto no es raro en un gran escritor, puede ser, lo cierto y verdad es que su timidez no le impidió casarse en dos ocasiones, una de ellas muy desafortunadamente y encontrando la estabilidad emocional en su segundo matrimonio.
Escribía siempre a mano y tenía una pésima caligrafía. Solo cuando tenía su historia acabada cogía sus libretas llenas de tachones y las reescribía a máquina.
Sus conocimientos sobre venenos, tan recurrentes en todas sus obras, los aprendió cuando trabajó como voluntaria de enfermería en la Primera Guerra Mundial ( recordemos Cianuro espumoso, Cinco Cerditos, Cita con la muerte, Los cuatro grandes). A Agatha lo que más le gustaba era cargarse a la gente con venenos mortíferos, pero ojo, que se sabía como actuaba cada uno de ellos, si la forma de matar era rápida o lenta, si producía algún tipo de parálisis previo a la parada cardíaca. Vamos que era mejor no cabrearla.

Algo fascinante, curioso y hasta dudoso fue su desaparición durante once días. A pesar de que hay quien asegura que fue una estrategia de marketing, lo cierto es que su primer matrimonio fue penoso y le causó una gran depresión, en esta época fue cuando se produjo su desaparición. Fue encontrada en estado de amnesia. Parece ser que pasó los once días en un hotel donde se registró con el nombre de una de las amantes de su marido ( menudo elemento el marido).
Como octavo dato algo que me llamó mucho la atención; lo primero que escribió fue un cuento y lo hizo porque de niña cayó en una gripe que tardó un mes en desaparecer. Ella dejó que ese cuento lo leyera un familiar y este le dio un consejo que seguiría en su trayectoria creativa durante toda su vida « tienes una gran capacidad para escribir pero me irrita tu tendencia a moralizar. No lo hagas. Deja que los personajes hablen, suéltalos, déjalos ser ellos mismos, los lectores los conocerán por lo que hacen, no porque tu les digas como son».

Agatha terminó odiando a Hércules Poirot, eso mismo confesó la escritora que decidió poner fin a la saga de su detective más famoso con la obra Telón después de protagonizar 33 de sus novelas. No me extraña, de todo se cansa una.
Otro dato sobre ella que me hizo mucha gracia, era una apasionada del mundo del motor y con las ventas de su primera novela se compró un automóvil.
Y por último, escribió bajo el pseudónimo de Mary Westmacott seis novelas románticas; Retrato inconcluso, El pan del gigante, Lejos de ti esta primavera, La rosa y el tejo, Una hija es una hija y La carga. La propia Agatha aseguró que la que más satisfecha la dejó fue Lejos de ti esta primavera.

Quedan muchas cosas por decir de esta gran mujer, una adelantada a su tiempo, dueña de un espíritu libre que más de una vez trajo sombras a su vida, pero he tratado de exponer lo que más me curiosea sobre ella. Dejo en el tintero sus viajes por Oriente Medio que como sabéis inspiró grandes obras como Muerte en el Nilo o su conocido Viaje en el Orient Express, su infancia lectora y sus iconos a seguir, o la decisión de un divorcio en una época en que no era fácil ser una mujer sola.
Un referente en el misterio para leer por todos los que aspiramos a escribir.
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